He sido convocado por la FEPFI (Federación Española de Profesionales de la Fotografía e Imagen) para asistir de nuevo este año como juez en las Calificaciones que tendrán lugar en Granada. Se celebrarán en los primeros días de Noviembre en el Hotel los Abades, donde tendré la oportunidad de compartir unos días con fotógrafos amigos de toda España.
Enviar fotografías a calificar o asistir a las calificaciones se ha convertido cada año para muchos fotógrafos pertenecientes a nuestra federación en una cita obligatoria con el reciclaje formativo y una oportunidad única de auto-evaluación y conocimiento del nivel profesional en el que se encuentran.
Significan, además, una gran motivación por cuanto permiten ir superando metas profesionales mediante la obtención de méritos por la calificación de sus fotografías, y de ese modo los fotógrafos consiguen mejorar su trabajo mientras que al mismo tiempo pueden ir siendo progresivamente reconocidos como “Fotógrafo Distinguido”, “Maestro Fotógrafo” o “Maestro Fotógrafo Instructor”.
Las calificaciones españolas son muy duras y el nivel de calidad que se le exige a una fotografía para obtener mérito a ido creciendo a medida que crecía la calidad media de los fotógrafos españoles.
Para obtener mérito una fotografía debe alcanzar el rango de “muy buena”, y no es fácil superar el rango de “buena” en todos los aspectos a valorar (impacto, composición, calidad técnica y mensaje).
Las calificaciones no son un concurso, es decir, las fotografías no compiten entre sí sino que son valoradas individualmente para ser situadas en el rango de calidad que le corresponda, sin límite alguno en cuanto al número de ellas que puedan obtener mérito.
Los fotógrafos que participamos como jueces asumimos una gran responsabilidad y adquirimos un serio compromiso con nuestra propia formación para estar a la altura de lo que se espera de nosotros, y aunque estamos en el punto de mira de los participantes (no siempre de acuerdo con nuestra valoración), resulta una experiencia muy enriquecedora y merece, sin ninguna duda, la pena.