Antes del día en el que realizamos la sesión no nos conocíamos personalmente, sólo habíamos hablado por teléfono y nos habíamos comunicado por correo electrónico, ya que Antonio y Paloma viven y trabajan en Nueva York, desde donde hicieron la mayoría de las gestiones y preparativos de su boda.
Según me contaron él es de Castellón y ella de Granada pero se conocieron en Argel y vivieron un tiempo en Qatar donde trabajaba entonces Antonio, aunque antes de conocerse Paloma había vivido en Francia y en Gabón.
Con esta trayectoria vital, el tono de voz y la forma de expresarse en los correos que intercambiamos antes del "preboda", no me llevé ninguna sorpresa cuando los conocí; eran, como intuía, un verdadero encanto. Eran atentos, amables y muy simpáticos, y tenían esa sencillez que caracteriza a las personas con clase, y la naturalidad de quién ha conocido mundo.
Como si de algo connatural a ellos se tratara comenzamos la sesión, saliendo desde Plaza Nueva por Paseo del Darro y El paseo de los Tristes, y recorriendo pintorescos rincones del Albaicín hasta salir a Reyes Católicos por la Calderería.
Disfruté realmente con Antonio y Paloma, quienes en cada gesto se decían "Te quiero".
Ha sido todo un honor y un placer conoceros. Espero volver a veros y tener la oportunidad de conocer a ese bebé que ya está en camino. ¡Enhorabuena!